De acuerdo a cifras presentadas por la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido, tan solo en ese país se desperdician unas siete millones de toneladas de alimentos cada año.

Una de las razones por las que esto ocurre yace en «miedos infundados» de los usuarios para el consumo de productos congelados.

Mauro Libi Crestani, director de Frimaca, reseña algunas de las equivocadas creencias existentes sobre el uso del congelador y que nos hacen botar comida de forma innecesaria.

Deben congelarse el mismo día de comprado

Mucha gente piensa que los alimentos solo se pueden congelar el día en que se compran. 

Sin embargo, es posible congelar la mayor parte de los alimentos más adelante, siempre que sea antes de su fecha de caducidad.

El peligro, en este caso, es que se te olvide y ya estén dañados al momento que decidas congelarlos.

Es recomendable que los congeles cuando sepas que no los vas consumir.

No se puede re-congelar alimentos

Esta es otra creencia muy extendida debido a los problemas digestivos que puede generar esto.

Esto se puede solucionar cocinando los alimentos antes de volverlos a congelar.

Eso sí: ¡nunca vuelvas a congelar carne cruda, incluido el pollo!

Asegúrate que cocinas todos los ingredientes a una elevada temperatura. El calor extremo mata las bacterias que contienen los alimentos.

Y luego espera a que se enfríe antes de meterlo de nuevo en el congelador: si lo metes cuando todavía está caliente, esto aumentará la temperatura del congelador y puede hacer que otros alimentos empiecen a descongelarse.

Una vez descongelados, los alimentos pueden guardarse en la nevera de forma segura hasta 24 horas.

Hay muchos alimentos que no se pueden congelar

En realidad, se puede congelar casi todo: la fruta, los chiles, las papas o el pan son algunos de los alimentos que no deberían tener ningún problema. Incluso el aguacate, los frutos secos, la leche o la harina, por ejemplo, también pueden congelarse.

Congelar los quesos cambiara su textura, pero no cambiará su sabor.

Aunque si existe una serie de alimentos que no se debe congelar: las salsas a base de huevo, el kétchup, la lechuga y las hierbas, y algunas frutas con alto contenido en agua como el pepino o los tomates.

En el caso del arroz debería ser servido y consumido inmediatamente después de cocinarlo.

Una vez en el congelador, hay que consumirlos rápido

Mauro Libi reseña que esto tampoco es cierto.

La mayor parte de las bacterias sobreviven a la congelación, pero se hacen inactivas debido a las bajas temperaturas y a la falta de agua disponible. 

Por esto, los alimentos pueden almacenarse en un congelador durante largos periodos de tiempo sin dañarse.

Aunque su seguridad no empeora, su sabor o textura sí pueden cambiar debido a los daños que producen los microcristales que se forman al congelarse el agua que contienen los alimentos, por lo que se recomienda consumirlos entre los tres y los seis meses después congelados.

Pero si se pasa este periodo, ¡esto no significa que haya que botarlos a la basura!

Si un pedazo de carne, por ejemplo, lleva mucho tiempo congelado, lo mejor es marinarlo antes de cocinarlo, para mejorar su textura, o utilizar hierbas o especias para añadir sabor.