APRENDE | Mantén la cadena de frío desde el mercado a tu mesa
Al momento de ir a supermercado a realizar las compras se tienen en cuenta factores superficiales, como el precio o la marca, y se dejan de lado otros de mucha mayor importancia, como la fecha de empaquetamiento, si es cocido o crudo, qué conservantes fueron adheridos o la fecha de caducidad.
Estas son cosas vitales que debes tener en cuenta siempre, pues allí yacen muchos de los riesgos de que se descompongan y afecten tu salud.
Para ayudarte a prevenir cualquier posibilidad de ingerir un alimento en mal estado, Mauro Libi Crestani, director de Frimaca, te trae esta lista con útiles consejos:
En el supermercado
Es importante tomar en cuenta el orden en el que llenas el carrito en el supermercado.
Lo ideal es adquirir en primer lugar los alimentos que no necesiten frío y que puedan mantenerse a temperatura ambiente: productos sellados y empaquetados, enlatados, botellas de bebidas varias, conservas, etc.
Luego se compran los alimentos que requieren refrigeración (entre 4° y 7º centígrados), como lácteos, pescados o carnes. Estos deben estar fríos al tacto.
Pero atención, en el caso del pollo “fresco” debes leer bien el empaque ya que muchas veces ofrecen “ofertas” que resultan ser engañosas, y tratarse de pollo congelado que ha sido descongelado y eso no se declara al consumidor.
Por último colocas en el carrito los congelados, que requieren conservarse a temperaturas inferiores a los -18º C. Estos deben encontrarse completamente duros al tacto.
En el traslado
Durante las épocas donde la temperatura ambiente supera los 25º C es conveniente transportar los alimentos que necesitan refrigeración o congelados en una heladera portátil.
Evita enviar los alimentos congelados con un servicio de delivery, debido a que muchas veces estos pueden tardar varias horas y ponen en peligro la cadena de frío.
Se recomienda un lapso no mayor a media hora (en invierno puede extenderse hasta una hora y media) desde el momento de la compra hasta nuestro regreso a casa.
Ya en el hogar
Al entrar a tu hogar debes acomodar los alimentos en la nevera, comenzando por los congelados, y luego los que requieren refrigeración.
Trata de descongelar los alimentos en la heladera y los pequeños en el microondas, nunca hacerlo a temperatura ambiente. Además, una vez descongelados debes cocinarlos de inmediato.
Se recomienda no descongelar alimentos y no volverlos a congelar. Puedes cocinarlos todos y congelar lo que no consumas, pero nunca debes recongelar alimentos crudos que han sido descongelados.
Finalmente, evita dejar alimentos fuera de la heladera aunque sea por periodos cortos de tiempo.